¿Por qué pierde discusiones con personas que saben MUCHO MENOS que usted? ¿Por qué es capaz de reconocer a esa mujer a la que conoció aquella vez que… pero no logra recordar su nombre? ¿Por qué, tras su última ruptura sentimental, se pasó varios días seguidos en el sofá, hech@ un ovillo, y sin mover más que la mano para secarse los mocos y las lágrimas de la cara de cualquier manera? He aquí por qué: por la idiotez de nuestro cerebro. Para tratarse de algo supuestamente tan brillante y evolutivamente avanzado, el cerebro humano es bastante desordenado, falible y desorganizado. Por ejemplo, ¿sabe usted que su memoria es egoísta? En serio. ¿Y que las teorías de la conspiración y las supersticiones son la consecuencia inevitable de un cerebro sano? ¿Y que el alcohol puede incluso potenciar nuestra memoria? En El cerebro idiota, el neurocientífico Dean Burnett nos hace de guía en esta visita a los entresijos de nuestra misteriosa y traviesa materia gris (y a los de la blanca también). ...